
Este helado es perfecto para aprovechar la dulzura natural del mango, con una textura suave y refrescante.
Ingredientes:
- 2 tazas de pulpa de mango maduro (aproximadamente 2-3 mangos grandes)
- 1 lata (397 g) de leche condensada
- 1 taza (240 ml) de crema de leche (nata para montar) bien fría
- Opcional: 1 cucharadita de jugo de limón (para realzar el sabor y evitar la cristalización)
Procedimiento:
- Prepara el mango: Pela los mangos, retira la pulpa y procésala en una licuadora o procesador de alimentos hasta obtener un puré suave. Si quieres, puedes pasar el puré por un colador fino para asegurar una textura sin fibras.
- Combina ingredientes: En un bol grande, vierte la leche condensada y el puré de mango. Mezcla bien hasta que estén completamente integrados. Si usas el jugo de limón, agrégalo aquí.
- Bate la crema: En otro bol, bate la crema de leche fría con una batidora eléctrica a velocidad alta hasta que forme picos suaves y esté bien aireada. No la batas en exceso para que no se corte.
- Integra: Con una espátula, incorpora suavemente la crema batida a la mezcla de mango y leche condensada. Hazlo con movimientos envolventes para no bajar el aire de la crema, logrando una mezcla homogénea y aireada.
- Congela: Vierte la mezcla en un recipiente apto para congelador (preferiblemente metálico, para un congelado más rápido) y cúbrelo con papel film pegado a la superficie para evitar la formación de cristales de hielo.
- Refrigera: Congela por al menos 6 horas o idealmente toda la noche, hasta que esté firme.
¡Y listo! Saca el helado unos minutos antes para que sea más fácil de servir.